Los Cursos de ocio como motor de desarrollo personal y social

Las actividades que los seres humanos desarrollamos en nuestro tiempo de ocio se caracterizan por el valor que otorgamos a lo que nos aporta a nivel personal. Por ser vivencias voluntarias, a las que accedemos de manera no obligada son, en general, experiencias satisfactorias. Esto se basa en que al contrario de nuestras obligaciones rutinarias el ocio se desarrolla en un ámbito no definido por obligaciones o necesidades primarias, sino con otras necesidades igualmente importantes relacionadas con el enriquecimiento personal como el saber, la expresión, o la socialización.

 A lo largo del mes de octubre en gran cantidad de municipios dan comienzo los programas de cursos de ocio. Dirigidos a toda la población, a personas de todas las edades, estos cursos son mucho más que una forma de ocupar nuestro ocio, son un motor de desarrollo personal, y también de desarrollo comunitario.

Desarrollo personal: creatividad, cultura y aprendizaje a lo largo de la vida.
Los cursos de ocio proporcionan a las personas la posibilidad de satisfacer el deseo de adquisición de nuevas destrezas o conocimientos. En la sociedad de hoy somos conscientes de que el aprendizaje no puede entenderse como enmarcado en una etapa de la vida, sino que debe entenderse como un elemento tractor de desarrollo personal y social. Una sociedad que incorpora el aprendizaje continuo atesora conocimiento, creatividad, innovación… valores de desarrollo presente y futuro.

Desarrollo comunitario: dinamización y cohesión social.
Asimismo, por medio de los cursos de ocio se crea un marco de de participación que transforma, tanto a las personas que en ellos participan, como la realidad sociocultural de la comunidad en la que se radican. Estos servicios propician nuevos contextos de relación entre diferentes, creándose un caldo de cultivo donde convergen iniciativas e intereses que de otra manera serian muy improbables. En definitiva, son un recurso activador e integrador donde se generan dinámicas socioculturales propiciadas desde las personas. Realidades, sexos, generaciones e incluso culturas diferentes se “contaminan” entre sí para enriquecer y construir una realidad, ahora sí, común.

Creemos que los cursos de ocio aportan a las personas aprendizaje de nuevos conocimientos o destrezas, pero también generan inquietudes, curiosidad cultural, red social, y sobre todo dan a la ciudadanía la oportunidad de expresarse, colocando a la persona como sujeto creador, sujeto activo de la construcción de la vida cultural y social de la comunidad en la que vive.

Desde esta creencia, la plataforma Ocioberri dedicada a analizar las tendencias en educación en el ámbito comunitario, une a la oferta habitual de Ortzadar una serie de cursos monográficos con el fin de atraer nuevos públicos, y que a su vez permitan a las personas usuarias acercarse a nuevas disciplinas, y despertar así nuevos intereses. El fin último es propiciar espacios que faciliten el aprendizaje a lo largo de la vida como medio de desarrollo personal y de cohesión social.


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